martes, 11 de noviembre de 2014

Produccion Escrita

Escribir un texto requiere tanto de imaginación, conocimientos de gramática, manejo de vocabulario, uso de conectores, planificación, creatividad y mas que todo de productividad. Este concepto lo veremos en reiteradas ocasiones al hablar de producción de textos, pues se refiere a la calidad y cantidad de ideas. 
Años atrás, diseñamos un material para potenciar esa productividad. 
Sucede que en la mayoría de las veces se entrega un tema especifico para que alguien comience a escribir; en otras se da una palabra inductora para que la persona a partir de ella imagine, crea y produzca un texto, y en otras se despega la creatividad con una imagen que detone toda esa productividad que hay en cada uno de nosotros. 
En una escala menor, podemos comenzar la practica de producción escrita con comics completando las cápsulas destinadas para cada texto, en ese caso seria a través de una imagen inductora y de una secuencia temporal que se debe inferir. Luego seria útil "jugar a escribir" ordenando pedazos de texto con ideas breves y puntuales, y que el menor vaya ordenando en base a una inferencia que hace a través de una o varias imágenes. Finalmente, luego de reiteradas practicas ya podríamos estimular a los niños a escribir presentándoles un dibujo o una foto y que ellos imaginen qué pasó para llegar a esa imagen de la foto y qué pasará a partir de ella, la foto seria la base para inspirarse y crear (una idea) y producir (un texto). 
La idea del material diseñado mencionado anteriormente, con un grupo de profesoras y psicopedagogas, era no sólo comenzar la escritura a partir de una foto, sino ir chequeando la producción y la productividad con una pauta de preguntas que se la iban haciendo al o la menor en la medida que escribía. De ese modo "Entrevista de escritura" sólo interrumpía cuando el menor terminaba una idea, y sólo se le preguntaba en relación a lo escrito, y en relación con la imagen. Según sus respuesta, el entrevistador-mediador, podía sugerir irse "por acá", o agregar tal o cual palabra, u observar algo más de la foto, pero jamás proporcionar una idea para el texto.
Frente a un niño en la vida cotidiana, que se enfrente a la tarea de producir un texto se le puede ayudar con la foto inductora, con preguntas acerca de cómo trabajará (planificación), y con preguntas de si mejor escribir esa o tal palabra. Las ideas deben venir fruto de la imaginación y creatividad del menor. ¿Qué ves ahí? ¿Qué crees que le pasó antes? ¿Cómo se sentirá? ¿Dónde está? ¿Qué época piensas que es? ¿Qué comenzarás contando? ¿Crees que seria mejor para los que leen que les explicáramos más quienes son ellos? Etc...
Existen al mismo tiempo algunas actividades para estimular la creatividad, habilidad que se debe trabajar desde muy temprano, cuando se comienza con el lenguaje alrededor del año y medio de vida. 

Dejo aca algunas ideas de actividades para desarrollar la imaginación y creatividad, evitando así formar niños con pensamiento rígido y estimulándolos a escribir más!
Leer títulos y deducir qué pasó
Resumir de qué trató una película
Cortar sílabas de dos o tres palabras y armar una palabra nueva; hacer con ella el nombre del protagonista de una historia. Luego dibujar al nuevo personaje. 
Terminar historias incompletas, tanto en su final como en su inicio. 
Ante un problema inventar la mayor cantidad de soluciones
Con un dado, inventar un cuento con la cantidad de ideas/frases que marque el dado.
Con una bolsa llena de fichas con palabras, ir eligiendo una cada jugador, y continuar la historia usando la palabra que a cada quien le salió. 
Usar lápices, hojas, silla, iluminación y mesa cómoda y de la preferencia del niño. 
Parafrasear la historia a groso modo antes de escribirla. Servirá para imaginarla menor y para planificarse en cómo comenzara a trabajar

Técnicas de Estudio

Existen diversas técnicas, que se enseñan a los estudiantes, básicamente en los años intermedios de su etapa escolar, para estudiar y aprehender la información que nos entregan los textos. 
Fotosíntesis, Combate naval de Iquique, La llegada del hombre a la luna, son materias que podemos representar en una estructura y lograr que por la vista las incorporemos más fácilmente en nuestras mentes, estructura que en el ámbito de la pedagogía se llama esquema; también podríamos subrayarlas o resumirlas, pero para cada tipo de texto existe una técnica que se adecua más, por eso es importante aprender previamente a reconocer los textos y poder anticipar el propósito y el contenido que habrá en cada uno, y de ese modo facilitar la comprensión y la elección de la técnica de estudio que utilizaré. Además de reconoce el texto, se requiere de ciertas habilidades ya que sin ellas no lograría organizar los datos, tales como recolectar, organizar y clasificar información.

Comenzaremos entonces diferenciando los tipos de textos, están los de ficción y los de no ficción, a los primeros los encontramos en el género narrativo, los más comunes son los cuentos y las novelas, y los segundos, son aquellos que nos presentan hechos reales, aquellos textos de estudios, que contienen fechas, lugares, conceptos, nombres, entre otros, se les llama textos expositivos, como los títulos de arriba.

Ahora, una breve reseña de tres técnicas de estudio. Están el subrayado, donde para los textos expositivos, debemos destacar las palabras más significativas que ahí hayan, como ya mencionamos están en forma de conceptos, nombres y fechas. Por otro lado están los textos como por ejemplo La bella durmiente, La última niebla, Cien años de soledad, ellos también son factibles de subrayar, esta vez deberemos destacar/subrayar ideas principales y secundarias, frase que incluyan relaciones cuasa-efecto, secuencias temporales, o párrafos problema-solución, entre otras.
Sugiero utilizar un color de destacador diferente para cada término, por ejemplo fucsia para nombres, naranjo para fechas, verde para conceptos, celeste para ideas... Así se logra mas interacción con la lectura.

También está la técnica de Esquema, donde organizo la información relevante en forma vertical u horizontal, comenzando con lo más general a lo más específico. Para ellos debo haber leído y subrayado primeramente. En estos esquemas u organizadores gráficos (esquemas pero con palabras conectores) se recomienda utilizar flechas de los mismos colores que en el subrayado, vale decir si viene un nombre lo uno con el color fucsia, si viene fecha con el naranjo y así sucesivamente. 

Estas técnicas mejoran en la medida de la practica, para eso se recomienda leer a diario, donde comprender las ideas nos resultará cada vez mas rápido desde el momento en que se mire la lectura, y se lea el título, y se revisen las imágenes, y así saber qué elementos subrayar y cuáles poner en nuestros esquemas o resúmenes. 

Para resumir no sólo debo tener desarrolladas previamente las habilidades de identificación de información relevante, capacidad de combinar ideas, y habilidad de conectarlas con el tema central, sino que esencialmente también debo saber subrayar. Esta técnica se recomienda más para textos narrativos, donde debo comprender el tipo de idea, lugar y personajes, además de identificar el o los problemas y el o las soluciones. El resumen debe tener la unión, o conexión gramáticalmente correcta, de las palabras que se subrayaron previamente en la lectura, las que al mismo tiempo deben ser posibles de leerse y entenderse la idea con sólo leerlas de manera saltada en el texto subrayado, osea leo del texto sólo las palabras subrayadas y ya debo entender la idea, idea que resumiré posteriormente. 

Hábitos de Estudio.



El orden en las cosas es la única manera para no saltarse pasos y llegar al final de las cosas. 
El orden, es una palabra clave al momento de estudiar. 
Pero, qué entendemos por orden? Pongamonos de acuerdo para poder llegar al final de esta columna sin saltarnos pasos y logrando aprender algo al leerla. 

Orden es "colocación de las cosas en el lugar que les corresponde"; "serie o sucesión de las cosas". Por tanto, para ayudar a nuestros hijos a estudiar, les vamos a proveer de una sucesión de pasos y del lugar que les corresponde para ello..., un lugar libre de ruidos, con la temperatura adecuada, la iluminación necesaria y sin los estímulos que podrían distraerlo, por consiguiente seria ideal que no fuera el mismo lugar donde el niño acostumbra a jugar y guardar sus juguetes. El lugar de estudios debe ser simple, muebles (silla y escritorio) adecuados para su tamaño, y de los materiales para preparar la materia: cuadernos, pruebas, hojas en blanco, lápiz, goma de borrar, plumón destacador, diccionario y, según la edad, un computador a su disposición. 

Pero hábitos de estudio, no es sólo el orden respecto del lugar, el espacio, también tiene que ver con el tiempo que se destina para ello. 
Es imposible disponerse a estudiar, a repasar, a investigar o a armar algo, sin estar mental y físicamente preparado. Debería haber a lo menos una hora entre la llegada a casa desde el colegio y el inicio de las tareas y el estudio. Se espera además que haya, a no más de diez metros, algún adulto que pueda solucionar las dudas o problemas que se le vayan presentando al alumno. Debe haber sistematicidad, vale decir, que es conveniente que todos los días, el niño dedique algunos minutos para hojear sus cuadernos, repasar lecciones y completar u ordenar apuntes, en el caso que no haya tareas. El hábito es la única manera de hacer que nuestros hijos adquieran el sentido de responsabilidad. 

Hábitos de estudio tiene que ver con un orden en el modo de vida, en saber que tengo horarios para cada cosa, incluso para no hacer nada, mis tiempos de ocio, que tan bien les hace a los niños para estimular su imaginación. Por eso se sugiere un calendario de pruebas y actividades del menor, siempre a la vista. 

Hábitos de estudio también va de la mano con saber estudiar, saber cómo aprendo mejor, conocerme de a poquito, pues puede ser que prefiera comenzar con la tarea más relajada, para lentamente ir conectándome con las materias vistas; como también puede ser que cada uno reconozca que entiende más si comienza a estudiar con las tareas que le resultan más "pesadas". Uno debiera ir ensayando cada semana con sus hijos diferentes rutinas hasta luego de uno o dos meses haber podido reconocer cual orden me ayudó más. 

Los padres podemos cooperar con los aprendizajes de nuestros niños, evitando que se estresen; podemos trabajar las tareas juntos algunos días, podemos darles las instrucciones y luego dejarlos trabajar solos, podemos premiarlos cuando de manera evidente notamos que ha hecho un gran esfuerzo en terminar sus deberes, podemos trabajar a su lado, cada uno en sus "trabajos", la idea es no hacerlos sentir que el tiempo se les va, y que dejan de hacer otras cosas, sino que ese tiempo lo están disfrutando, incluso que ni siquiera piensen en el tiempo ni en ninguna otra cosa. 
Y jamas debemos condicionar el amor hacia ellos subeditado, inconscientemente, al rendimiento académico.

Podría parecer mas fácil en esta columna el tema de hoy, que lo que se vive día a día al momento de sentarse a trabajar, pero si se toma con alegría y en orden, se logrará el objetivo, y si se complementa con las correctas técnicas de estudio, se palparán los cambios en muy poco tiempo. 

Mi hija no se concentra cuando hacemos las tareas

A lo largo de mi experiencia profesional más de una vez he debido aclarar la diferencia entre la labor de una Profesora de Educación Básica y la de una Psicopedagoga. La primera, tiene como objetivo básicamente facilitar la entrega de contenidos de cada unidad temática; mientras que una Psicopedagoga debe potenciar las habilidades para acceder a esos contenidos. Si lo ejemplificamos, con la Profesora aprendo la mecánica de cada cálculo matemático, mientras que con la Psicopedagoga desarrollo mi orientación y organización espacial para poder aprender precisamente esa mecánica, y trabajar con números, encolumnarlos y resolver el cálculo evitando que se "muevan" en el espacio.

Esa labor como Psicopedagoga, se transforma en el hilo conductor al momento de diseñar una intervención. Se buscan diversas estrategias para hacer que el alumno visualice lo que tiene que hacer para entender. Es por eso que idealmente se debe trabajar con estas especialistas cuando la dificultad de aprendizaje es puntual, y no afecta considerablemente a todo el desempeño escolar, pues es una o pocas las habilidades que estarían débiles que se requieren potenciar, habilidades implicadas para ese contenido en particular. 

Sin embargo, en ocasiones me han solicitado redirigir mis objetivos a solicitud de los apoderados (en general a pedido de las madres) para reforzar las materias y contenidos que se ven en el colegio, y de esa forma mejorar rápidamente las notas y el promedio del alumno, por ende aumentar la autopercepción académica del menor. Táctica que no nos asegura que el contenido vaya a ser eficazmente aprendido, pues las habilidades en juego no habrán sido trabajadas, y el aprendizaje será memorístico.

La idea detrás de esa solicitud, es mejorar las relaciones en casa, disminuir las discusiones por el tema académico, y obtener las notas que dejen tranquilo a todo el entorno del niño. Lo grave de ésto, y permitir a los padres solicitar lo que ellos creen que se debe corregir, es que confunden los roles de cada profesional por una necesidad de logros inmediatos, siendo que la necesidad real del alumno es que se le acepte con sus debilidades, y desarrollar las habilidades deficitarias.
Los apoderados suelen tener una imagen parcial del caso, cuentan con una libreta de notas y el comportamiento que tienen sus hijos en casa, en una dinámica doméstica que tal vez debiera modificarse, aceptando al hijo, con sus fortalezas y necesidades y no "ponerle parches" al problema. En suma, la realidad escolar del menor también incluye el desempeño académico y el comportamiento que tiene con sus pares, profesores y su actitud frente a la pruebas y tareas.

Querer que mi hijo aprenda de memoria cómo resolver problemas matemáticos, conceptos de Ciencia, o ideas en comprensión lectora, o lo que es peor, que los aprenda gracias a la ayuda de un fármaco, es querer "tapar el sol con un dedo". En más de una ocasión apoderados me han solicitado fármacos para mejorar el nivel de atención de sus hijos, y corregir su conducta. Otras veces me han sugerido añadir en el informe de evaluación psicopedagógica, que su hijo tiene deficit atencional cuando no lo tiene, para poder conseguir los medicamentos y tratar un deficit que no es real. Toda esa presión de los padres no solucionará el problema de fondo; tal vez sólo las notas y las relaciones domésticas; pero el niño sabrá que no ha aprendido y que no se sentirá capaz de hacer los ejercicios por su cuenta, que es lo que realmente buscamos como padres, entregar herramientas a nuestros hijos para que puedan sobrevivir en este mundo. 

Renunciar al trabajo al ser mamá...



Yo renuncié a mi trabajo como profesora de educación básica, tras casi diez años de ejercer la profesión en aula.

Cómo olvidar ese momento lleno de "emociones encontradas" al enfrentarte a tu empleador y decirle que no seguirás más en ese proyecto! Es muy fuerte.
Tus amigas de trabajo, tantos recuerdos que no estarán más, tus apoderados se van apareciendo uno a uno, y tus alumnos! Quisieras tener un momento con cada uno y poder explicarles lo que estás a punto de hacer. Luego aparece tu familia, tus papás que te iluminaron en ese proyecto de estudio, que te apoyaron. También aparecen referentes de tu profesión (de educación en mi caso), y cuántos talleres y seminarios y horas de perfeccionamiento dedicadas a ser mejor profesional. 

También aparece la alegría de recibir cada fin de mes tu sueldo que te permitía cumplir tus pequeños y grandes caprichos y necesidades. 

Te llenas de miedo! y ahí, frente a ti, tu jefa esperando le cuentes tantas novedades.... Es difícil comenzar a hablar, mas difícil aun con tanto recuerdo de sala de clases en la memoria, que a ratos me hacían dudar de lo que haría; pero todo se desvanecía, cuando recuerdas que será sólo un tiempo, para ser dedicado a otra cosa, a algo mucho mas vital aun, a dedicar todos tus aprendizajes a tu hijo recién nacido. Es paradójico pensarlo así, cuando sólo llevas semanas de ser madre y estás comenzando a aprender a serlo, ya le quieres enseñar a él. Pero una fuerza natural te señala que no te equivocas, que estar con tu hijo cuando se alimenta por primera vez, cuando llora en la noche y no tienes desesperación por las horas que pases a su lado, cuando tienes la posibilidad de jugar con él en la plaza y cuidar que no se caiga, de llevarlo a la feria, de enseñarle a contar, escuchar, saludar, agradecer, ordenar, pasear, decidir, organizar, comer, pedir, jardinear, aprender y respetar, te das cuenta que esa reunión con tu jefa era la decisión correcta.

Yo, luego de dos años de aquel momento, no dudo un segundo en lo realizado. Tengo un hijo independiente, que conoce mucho más que una sala de jardín infantil, que saluda al mundo cada día con entusiasmo; con ganas de salir a recorrerlo y conocerlo un poquito mas. 

Él tiene una mamá inquieta, que hace mil cosas al día, pero que a pesar de ello, esta 100% para él, si realmente lo necesita. No tiene miedo de si volveremos. O si lo recogeré en el jardín donde asiste medio día, se desenvuelve con confianza y se adapta a nuevas situaciones sin problemas. Tiene horarios para comer y dormir, tiene intereses, se entretiene solo y acompañado.. Todo eso lo atribuyo a salir a caminar por el mundo desde que nació... Gracias a que su mamá pudo y decidió estar ahí. 

Volver o no volver al trabajo después del periodo del post natal, no es lo relevante, no es mejor ni peor el modelo de mamá que se les ofrece a nuestros niños, lo que realmente importa es el cómo te sientes cada día, y por lo mismo el modelo que se les muestra. Si llego a casa agotada después de trabajar o si el estar en casa me hace sentir asfixiada, en ambos casos estaré impaciente y poco atenta a las demandas y deseos de mi hijo; lo que debemos cuidar es ser un referente que ayude a los hijos a avanzar con confianza frente a las sorpresas y dolores que se nos vayan atravesando. 

Violencia en el colegio. Me pegas, te pego...

Qué hacer cuando a nuestros niños les pegan o son testigos de agresividad entre su grupo de pares? Es algo que nos preguntamos frecuentemente desde que los hijos comienzan la enseñanza pre básica, y quieres saber cómo reaccionará tu hijo ante las primeras manifestaciones de poder, superioridad, rabia, e incluso violencia que haya en su vida. 
Le he dado vueltas al tema, hay varios paradigmas, algunos postulan que con mas violencia no se logrará mejorar el tema y la violencia continuará; y hay quienes se defienden diciendo que si mi hijo no da el primer golpe está bien, que le está permitida la violencia sólo como mecanismo de defensa... Pero queremos que se defiendan o queremos disminuir la agresividad de nuestro entorno? Queremos que sepa elegir con quién relacionarse o abrirle los ojos y que conozca el mundo señalándole que inevitablemente siempre habrá violencia en el ambiente? 
Creo que quien ejerce la agresividad como primer medio para relacionarse con el mundo, es alguien que ha aprendido por observación, ya sea en la plaza, o en casa con los propios hermanos, padres, familiares, o a través de la televisión, o material de lectura que tiene a su alcance que lo hace comportarse así. Mas allá de componentes genéticos que hay en el temperamento, donde actúa la voluntad y la inteligencia, la conducta que tenemos es algo que se va moldeando por la circunstancias.
Por lo tanto, es tan delicado el cómo reaccionamos frente, o con, nuestros hijos desde los primeros días de sus vidas, que debiéramos reconsiderar y hacer más consciente el tema. 

Se nos sugiere mucho el "time out" o retirarnos del lugar por uno tiempo breve hasta que tengamos medianamente controlado nuestro enojo con los niños o cuando ocurre frente a ellos, para evitar que nos vean siendo agresivos, y de ese modo no alterar sus vidas y no hacerles sentir que la agresividad, como defensa, está aceptada.
Siento que lo que se debiera ademas practicar, es la postura evitativa, si tal compañerito me altera, me inquieta, me asusta, no me gusta, o no sé cómo tratarlo,  debo evitar juntarme o jugar con tal persona. Para ello se requiere de gran autoestima donde los padres somos los principales promotores, ademas se necesita tener claridad de lo que deseo, y de lo que considero bueno o constructivo para mi vida, aprender a reconocer lo que me hace bien y lo que me molesta, y un niño desde pequeñito ya sabe lo que le gusta, lo que busca, y desde los cuatro años aproximadamente ya podría incluso hacer ese análisis y llegar al autocontrol de su conducta. En el plano de las artes marciales seria como un bloqueo, "me violentas, no te golpeo, pero te freno", ya sea a través del lenguaje verbal o a través del paralenguaje, una mirada bastaría.

Un niño que se acostumbra a relacionarse en primera instancia de forma agresiva, no seria raro verlo ser un adulto déspota, un jefe que da órdenes, en vez de ser uno que bien sabe escuchar a su equipo, a tratar a su entorno de forma horizontal; como tampoco seria de extrañar verla ser una profesora que da órdenes y castigos en vez de promover un liderazgo y un respeto a través de su empatía y respeto a la diferencia. 
Lo que nuestros niños vean es lo que entenderán como comportamiento aceptado.

Cuando los padres educan principalmente bajo un modelo agresivo, lleno de castigos, gritos y cero explicaciones, padres con poca paciencia y con poco tiempo para el amor, la conversación y al entretenerse juntos, no seria raro que el niño imite ese comportamiento frío y agresivo.
Pero optimismo! Generalmente estas conductas de los padres se deben a desconocimiento o cansancio, no a falta de voluntad, queriendo corregir y mejorar el trato con los hijos, es el primer paso, averiguando cómo manejar mi impaciencia y la entrega de límites, estará gran parte del terreno ganado.