lunes, 7 de marzo de 2016

La hora de dormir

Cuando llega la hora de irse a acostar, en muchos hogares puede ser un momento de mucha tensión mas que de calma… se viene la cena con niños que tienen sueño, y ese no es un lindo cuadro la verdad…, se viene la hora del baño con mas de algún juguete o gotas de agua fuera de la tina, luego las levantadas a media noche por desvelos de los hijos, se vienen los abrazos de medianoche para consolarlos por culpa de alguna pesadilla.. o que el dormitorio de los papás termine siendo ocupado por los niños de la familia, alterando el buen dormir y el merecido descanso reparador!
Desde mi experiencia, he confirmado que sacar al bebé de la pieza de los padres al quinto o sexto mes de vida es un buen momento, pues ya más o menos se tiene regularizada la hora (y la rutina) de la leche, y eso ayuda a que los bebés duerman a lo menos nueve horas ininterrumpidas durante la noche, así todos descansan y el bebé crece sano. Ese hito ayudará infinitamente al futuro hábito del bueno dormir.
También, está estudiado que cenar liviano y tener una rutina clara para ir a la cama, les ayuda mucho a los niños a conciliar el sueño. Sin embargo el tema del sueño interrumpido es bastante común, por lo tanto no hay necesidad de desesperar, pues más temprano que tarde desaparecerá. Aqui les comparto algunas ideas para ayudar a sus hijos a dormir plácidamente, como les corresponde!! No olvidemos que la calidad del sueño es determinante para la actitud con que se inicie un nuevo día…
No es normal que un niño se levante a medianoche por miedo, por hambre o por inseguridad.
Sueño interrumpido por pesadillas es normal, y no deberían durar más de dos semanas, por lo tanto, sugiero estar atento a si ese cuadro se prolongara. Tal vez algo está sucediendo en su entorno y actividades diarias que hacen que las tenga por un y tiempo más extendido.
Control de esfínteres a los tres años ya  debería estar logrado, inclusive en las noches.
Por lo tanto, si un niño se levanta en las noches, a qué podria deberse?


Leyendo y sobre la base de mi formación profesional, dentro del desarrollo evolutivo de los niños, los despertares y terrores nocturnos están dentro de lo esperado, son pasajeros y pueden prevenirse o podemos ayudarlos a sobrellevar. Los menores, en esta etapa en que se entremezclan lo real con la fantasía (para mi uno de los rasgos más hermosos de esta etapa y de la vida!!!), podrian estar afectándoles al buen dormir, pues sienten tan vívidos los sueños que podrían despertarse, e incluso despertarse con miedo, si lo que visualizan en sus mentes mientras duermen es algo muy impresionante, pero es normal. Es tanto, o debiera ser asi al menos, lo que un niño observa, aprende e imagina día a día, que no es raro esperar un sueno con sobresaltos. Por eso, al momento que se sufran esos despertares, como padres podemos darles un abrazo, acompañarlos a regresar a su cama, y dejarles la puerta abierta y una luz suave encendida. Hasta los cinco años de edad es esperable este comportamiento. No olvidemos que a los seis años, según Piaget ya comienza otra etapa del desarrollo llamada Pre Operacional, donde la fantasía ya desaparece, por lo tanto si está teniendo pesadilla, al despertarse debería calmarse y confirmar que su realidad está en completa calma, que sólo era un mal sueño. Como papás no tenemos más que armarnos de paciencia y jamás molestarse o llamarles la atención (ni en ese minuto ni al día siguiente) por lo sucedido, sólo ayudarlos a conciliar el sueño nuevamente.
Ansiedad por estar con su núcleo, también podría ser una razón, Tal vez una terapia de Flores de Bach ayudaría muchísimo, pues lo que está viéndose alterado es el plano de las emociones, el menor requiere contacto, confirmar que sus padres están ahí para él, que no se han ido y que no está siendo excluído de nada. Habría que revisar ahi como adultos, qué relaciones o malas dinámicas se están implementando en casa, o colegio, como para hacer sentir inseguridad en el menor, que se sienta inseguro, y que sienta una suerte de temor involuntario al no estar con los demás. Dormir, es en sí una actividad que nos separa del mundo y de los padres por ende. Ahí el niño estaría demostrando una necesidad exacerbada de contacto, cariño y confirmación, que no está mal desearlo, pero si le lleva a interrumpir su sueño, es recomendable ayudarlo a dormir con besos y abrazos, repetirle sus cualidades constantemente, y evitar los gritos o castigos, en especial cuando llega la hora de dormir.

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