Las matemáticas están por todas partes y es una asignatura que a la mayoría de los niños en sus primeros años de escolaridad les apasiona, básicamente por la gran cantidad de recursos lúdicos y grupales que en ésta se pueden utilizar para trabajar contenidos obligatorios, y también, porque el alumno puede trabajar esos juegos en casa y además llevarlos a la vida cotidiana, lo que hace que resolver jugando les ayude a mirarlas como una asignatura entretenida. El tema que a algunos papás les podría surgir es qué hacemos cuando a nuestros hijos les comienzan a complicar las matemáticas, ¿debo preocuparme? Hay algo que como papás podamos hacer para prevenir un eventual fracaso en la asignatura?
Las matemáticas son amigables, todo es comprobable, es lúdica, a pesar de ello hay un distanciamiento normal que se produce generalmente cuando el lenguaje utilizado comienza a confundir a algunos menores y ya no son sólo simbolos, números y fórmulas, que requieren de una comprensión lógica y memorística, y de un razonamiento deductivo abstracto, sino que ahora también hay encabezados y planteos verbales que debemos considerar para poder resolver un cálculo. Sumado a ese factor, también toman más protagonismo las guías, las eternas guías de cálculos, que en ocasiones no se alcanzan a terminar en el colegio y pasan a ser tarea para la casa, quitándoles tiempo para el juego y el descanso, lo que nuevamente coopera a esa nueva visión que el menor que ya sentía distanciamiento, ahora comience a sentir rechazo, lo que lleva a un descenso esperado en las notas.
Lo que yo esencialmente les quiero sugerir a quienes quieran mantener la motivación en esos pequeños alumnos talentosos e interesados en los cálculos, procurar no dejar nunca de estimular y trabajar aquellas competencias cerebrales más involucradas en las matemáticas.
Para que nuestro cerebro aprenda matemáticas requiere de varias operaciones mentales que se potencian muy bien con las actividades lúdicas en los primeros años de enseñanza de esta asignatura tales como la creatividad, la emoción, la intuición, abstracción, la orientación y organización espacial, la memoria a corto plazo, pero esas no son todas las operaciones implicadas, hay también las que domina el otro hemisferio cerebral que no han sido suficientemente potenciadas pensando en las matemáticas, tales como el razonamiento verbal, el razonamiento lógico, la secuenciación, y el pensamiento lineal, todas ellas se requieren para poder comprender un planteo matemático, habilidades del hemisferio izquierdo.
Por lo tanto, tratemos de jugar a las matemáticas en casa utilizando todo tipo de vías de ingreso de la información, ya sea auditiva, visual y kinésica. Vale decir, escuchar y leer una instrucción, como al mismo tiempo ver y tocar los números involucrados en el cálculo y realizar con ese material concreto la acción planteada.
Activar ambos hemisferios cerebrales antes de realizar guías de trabajo, mediante recursos didácticos y precisos ya sea con ejercicios corporales bailar al ritmo de la música, o activar las emociones placenteras al momento de disponerse a trabajar.
Tenerles mucha paciencia y repetirles de manera clara las instrucciones todas las veces que haga falta.
No castigarlos ni criticarlos por ese abrupto descenso en sus notas en la asignatura, eso mutilará su autoestima tan fundamental para aprender.
Ayudarlos a delimitar y ver puntualmente dónde está la falla para no desalentarlos por completo. Es un fracaso temporal y esperado que tiene solución.
Trabajar el pensamiento divergente, ayudar a los menores a salir de su egocentrismo y ver las cosas, y soluciones a un planteamiento desde otro punto de vista. Ayudarlos a buscar nuevas posibilidades y soluciones, desarrollando la imaginación y el respeto por otras visiones.
Resguardar y trabajar siempre el equilibrio emocional del aprendiz, que esté dispuesto y con ganas de aprender y que también sepa recibir un error y corregirlo.
En definitiva desde el año de vida hasta los 10 años de edad tratemos de ayudarlos a desarrollar un pensamiento matemático a través de todas las competencias cognitivas mencionadas activando siempre ambos hemisferios para lograr una matematización exitosa.
Como siempre, una columna llena de claridad y datos interesantes!
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