Tal como dice este famoso y siempre bien ponderado refrán, quisiera hablarles en esta oportunidad de cómo prevenir un proceso de aprendizaje escolar a tropezones este 2016.
Los niños ya empezaron las clases, y ya llevan casi tres semanas asistiendo, tiempo suficiente para haber regulado su reloj cerebral, los cambios de rutina, y sentir más familiar las instalaciones que habitan día a día. Ya debieran estar mas identificados con sus profesores jefes, y contar con algún amiguito para salir al recreo. De todos modos, Marzo es tiempo para eso, y luego seguir afianzándolo a lo largo de todo el año. Dicho ésto, creo importante resaltar que lo que se nos viene ahora a nosotros como adultos es resguardar la autoestima de nuestros hijos para llenarlos de autoconfianza en lo capaces que son! Podemos ayudarlos repitiéndoles las fortalezas que vemos en ellos, mencionarles los objetivos de estar en ese colegio, o explicarles para qué aprenderá determinados contenidos y habilidades, conversar con ellos y decirles que es muy importante que les guste ir a ese lugar día a día por lo que nos sería muy útil que nos vaya contando cómo se siente y qué cosas le van sucediendo ahí. La idea es aprender en el colegio muchas cosas que no sabe y que le serán útiles para la vida cotidiana, que habrá una cuota de sorpresa cada día, que tendrá la oportunidad de equivocarse muchas veces y también la oportunidad de construir lazos de amistad. De descubrir qué cosas le resultan más fáciles y cuáles le requieren más ejercitación, que todos los compañeros que están ahi, van a lo mismo, a aprender, a conocerse, a equivocarse y atreverse, a intentarlo todas las veces que sea necesario.
Quisiera a través de esta columna, recomendarles a todos esos papás que probablemente tengan expectativas para todo lo que acontecerá este año escolar, que al final de cuentas quien únicamente importa es EL ALUMNO!!! y que nuestras ideas y planes casi no cuentan en esta aventura. Cada uno de esos alumnos es el actor principal de este proceso. ¿Qué importa si uno como papá anda preocupado porque la niña se va atrasando o que el hijo no aprende las letras o a hacer amigos?, nada de eso ayudará al que se sienta mejor, es el niño el que debe sentirse empoderado para poder aprender. Por eso el panorama ideal es conocer lo mas profundamente a nuestros hijos a través de conversaciones no forzadas ni preguntas repetidas tales como, ¿qué aprendiste hoy? ¿cómo te fue en el colegio? ¿con quién jugaste? Lo que básicamente debemos tener en cuenta los padres, es poder reconocer cuándo andan tristes nuestros hijos, o inseguros o distraídos y entender la causa de ello.
El niño es el sujeto de aprendizaje, nadie más que ellos va al colegio a aprender, esta es su oportunidad para avanzar, conocer, equivocarse y ser reconocido. Tratemos de no estresarlos, tratemos de brindarles una vida equilibrada, una alimentación sana, un dormir reponedor, una oferta de experiencias variada, una vida afectiva potente, para que el niño esté dispuesto a vivir el proceso escolar de aprendizaje sin temor y vivirlo como algo natural. No los volvamos locos con nuestros anhelos y sueños como padres, no hagamos de su vida una carrera de velocidad ni una competencia por el primer lugar. Relajémonos un poco y todo andará como debe ser. Esa despreocupación, paradójicamente será la prevención a las dificultades en el proceso. Ya verán!
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